Lo primero y más importante para mí, y ojo, es una opinión personal…es que motivado "va uno de casa". Me explico.La motivación, tal y como la entiendo, es una decisión personal, una actitud. Por supuesto nos encontraremos en entornos más o menos favorables, con compañeros o jefes que nos hacen el día más o menos fácil, con retos más o menos complicados, y también con épocas personales más y menos llevaderas. Y eso, desde luego, afectará a nuestra motivación personal y a la capacidad de mantenerla alta.Y…Si uno no quiere estar motivado, no hay prima, objetivos, política nueva, proceso de coaching o dinámica de recursos humanos que te motive. Quizá temporalmente...pero hasta ahí.

Desde luego, un salario adecuado al empleo es un fundamento para que un empleado sienta motivación a realizar su trabajo de la mejor manera posible. Es la base y parto de la idea de que esto debería ser así. Con la suposición de remuneraciones justas, un incremento salarial no es suficiente para motivarnos. Si nuestra motivación no es una actitud personal, este incremento será una motivación temporal. Aún así, desde luego siempre es una fuente motivación

Dicho esto, también creo que el empleador tiene una responsabilidad activa con su equipo para favorecer que su motivación crezca, se mantenga. Crear entornos agradables, abordar los problemas que surjan y favorecer las herramientas necesarias cuando hace falta un impulso.

Es decir, SI hay muchas cosas que podemos hacer, si tenemos empleados, si dirigimos equipos, para mantener a nuestros colaboradores motivados. Aquí tan sólo unos ejemplos:

• Respeto. A su tiempo, a su trabajo, a sus opiniones. Tratar a todos con respeto, mantenerte abierto a sus sugerencias, a sus iniciativas, a la escucha,  y atento a su evolución, a las dificultades que puedan encontrar en su día a día, para en la medida de lo posible, atajarlas.
• Poner a disposición de todos las herramientas  y entornos para que puedan desempeñar sus tareas. Y con herramientas, no quiero decir sólo las físicas, me refiero también a la capacitación.
• Dar información, relativa a cada uno (qué esperas de él o ella, que evolución puede tener) y a la empresa (resultados, objetivos, estrategias…hazles partícipes, a todos).
• Revisar periódicamente la evolución de los puestos. ¿están en el lugar adecuado para que puedan desplegar su máximo potencial?
• Reconocer los éxitos y celebrarlos. Afrontar junto a ellos los fracasos buscando soluciones y medidas correctivas y evitando las medidas que busquen la penalización. Ayudar al que está pasando un bache.
• Fomenta la confianza, la autonomía de las personas.
• Cuida la parte social de tu empresa. Un plan de actividades sencillo que fortalezca las relaciones con espacio para disfrutar con las personas con las que pasamos tantas horas puede ser una buena idea.
• Demuéstrales y exprésales su valía, su aportación a la empresa. Interésate por el desarrollo que les gustaría tener dentro de la compañía.