24/3/2022
Qué pasa cuando un líder no viene de serie
¿Se puede uno convertir en el líder que desearía ser? Desde luego, hay muchas cualidades que sí se pueden desarrollar.
Es muy habitual oír hablar de líderes natos…pensamos en personas con ese magnetismo especial y carisma personal, ese poder de atracción y que tiene capacidad para influir en muchas personas. Si hablamos de famosos y líderes natos, se me vienen ejemplos como Richard Branson, Oprah Winfrey o Barack Obama.
Personalmente no creo que se nazca líder, al menos no del todo…creo que nos desarrollamos en el liderazgo y que hay personas que lo hacen desde niños, con asombrosa facilidad y que hay una multitud de factores que influyen en ese desarrollo. La crianza, el carácter personal, el entorno, lo que nos acontece a lo largo de la vida, etc.
Lo que sí creo es que los líderes no se "crean" en la universidad o las escuelas de negocio, con una asignatura más, sin embargo hay herramientas que permiten desarrollar las cualidades interpersonales que destacan en los líderes. Cualidades que encontramos en esas personas capaces de contagiar entusiasmo y mover a la gente a la toma de acción, que actúan con empatía y hacen sentir bien a las personas en sus equipos, sabiendo obtener lo mejor de cada uno de ellos. No sólo tiene las habilidades, las cualidades…además, los líderes dan resultados.
Un líder es capaz de reconocer cuáles son las habilidades o cualidades que debería desarrollar en cada momento, forma parte de la autoconsciencia y la autogestión (gestionan bien sus emociones y el estrés, haciendo buen uso del estrés positivo), pero aquí van algunas pautas de lo que le importa y lo que no a estos líderes…y quizá te sirvan para ver los próximos pasos de tu desarrollo personal/profesional.
A estos líderes "eficaces" les importa comunicarse de manera clara y saber que sus mensajes llegan a su interlocutor. Les importa la gente que les rodea en su equipo: su bienestar general, su talento (y cómo ayudarles a potenciarlo y aprovecharlo), sus logros y su esfuerzo… Les importa su actitud personal y la de los demás. Les importa la cultura de la organización y llevarla (y vivirla) en primera persona a sus equipos. Les importa los resultados y proveer las herramientas necesarias para llegar a ellos. Les importa abordar los conflictos y llegar a soluciones. Les importa que el trabajo se haga, no el dónde o el cuándo. Les importa hacer las cosas bien, y si para eso tienen que pedir ayuda, o cambiar sus metodologías o estrategias, no dudan en hacerlo. Les importan las personas por encima de los números, porque saben que son vía para llegar a ellos. Los líderes de verdad, aprenden, cambian, crecen y de preocupan de que su entorno, en lo posible, también lo haga.
Ante el eterno debate de si "el líder, ¿nace o se hace?", hay opiniones para todos los gustos…sea de una manera o de otra, está claro que hay muchas cualidades diversas que se pueden desarrollar, y que lograrlo no es fortuito o cuestión de "nacer con estrella", si no que requiere un trabajo y un tiempo. Es un camino sin destino final, ahí está la gracia...siempre podemos mejorar…y que mirándolo así todos podemos ser un poco líderes.