8/7/2024
¿Un proceso de coaching ejecutivo en verano?
Distancia, calma, tiempo...el perfecto caldo de cultivo para ver hacia donde queremos ir.
Está claro que no hay un momento del año "adecuado" para hacer un proceso de Coaching ejecutivo. El momento es cuando cada persona decide. Y es algo con lo que uno se compromete, se involucra...y se deja sorprender por sí mismo.
Hay muchas razones para que un profesional decida invertir una pequeña parte de sus vacaciones en un proceso de coaching…enfrentarse a cambios a la vuelta de vacaciones, épocas donde cuesta encontrar la motivación, mejorar algunas habilidades concretas o descubrir nuevos talentos, problemas de comunicación con nuestros equipos….las razones son personales e innumerables…pero en épocas de descanso largas como las vacaciones de verano, por lo que vengo observando, destaco las principales:
- Para hacer algo diferente, vivir experiencias nuevas
- Para llegar a septiembre con otros aires, con nuevos objetivos o retos
- Para empezar un nuevo proyecto
- Para conocerme mejor, como persona (que es además un profesional)
Todos estos motivos son abarcables en cualquier momento del año por supuesto, y si estamos pensando que quizá el verano no es el mejor momento...En verano hacemos de forma generalizada un parón…parece que todo se ralentiza y que dejamos que "todo ocurra" hasta que volvamos a coger las riendas con fuerza en septiembre…"la vuelta al cole". Y ese es precisamente el valor diferencial que las vacaciones aportan a un proceso de coaching con respecto a otras épocas.
Este paréntesis en la vida diaria, de nuestro trabajo, de nuestros entornos más habituales, a veces aportan esa óptica diferente que necesitamos, esa nueva perspectiva para poder observar nuestra carrera profesional, nuestro negocio o a nuestros equipos con más objetividad, con mucha más calma y tiempo para pensar y dedicarnos a nosotros.
Igual que en las relaciones personales a veces tomar una pequeña distancia nos ayuda a ver qué tenemos, qué queremos, hacia donde vamos…Unas vacaciones se convierten en ese terreno neutral en el que observar el profesional que somos y pensar en el que queremos ser.